¿La banca puede ser realmente sostenible?
Por Luis Otero Cervela
Aunque todo aquello que lleve
incorporada la palabra “sostenible” se ha hecho tendencia en el transcurso de
los últimos años, este término, asociado a la banca, no es de reciente data.
Desde principios del presente siglo, se comienza a hablar sobre la necesidad de introducir el
concepto de “sosteniblidad” en el sector financiero.
Y es de esta manera como llegamos al
año 2021. Con organizaciones bancarias preocupadas por el medio ambiente, la
biodiversidad. El cuidado del planeta en el cal coexistimos, y de cómo hacer
para que los bancos centren sus esfuerzos en el financiamiento y apoyo a
aquellos proyectos que tengan aspectos ligados a los temas antes señalados.
En ese ámbito de acción entran en
juego, sobre todo en lo que respecta a la región latinoamericana. En
investigaciones llevadas a cabo durante los inicios del 2000, daban cuenta de
cuáles eran los principales aspectos en los cuales debían poner su foco de
atención los bancos.
Entre los que más se mencionaban,
estaban aquellos referidos a la llamada “ecoeficiencia” en las operaciones del
negocio bancario, así como la necesidad del establecimiento de fondos de
inversión con comprobada responsabilidad social. Asimismo, se contemplaba el
financiamiento a proyectos de impacto positivo para el medio ambiente.
Y desde entonces, ¿qué ha pasado? Con
el transcurrir del tiempo, ha ido incrementándose la conciencia de las
organizaciones en lo que respecta a la necesaria evolución del negocio para
incursionar en áreas en las cuales la sostenibilidad lleve un importante
porcentaje. Cada día, conocemos de experiencias exitosas, que nos refieren al
impacto positivo que muchas empresas están causando en el mundo al adaptar su
filosofía, misión, visión y valores a esta corriente global.
La banca no ha escapado de ello y en
la actualidad, muchas de las instituciones que integran el sector financiero a
escala global, se encuentran comprometidas en el diseño de proyectos,
estrategias e iniciativas enfocadas en el impulso del llamado “desarrollo
sostenible”, para favorecer a las personas, su entorno, el medio ambiente. Con
lo anterior propician una economía baja en emisiones de carbono.
Y es así como en el año 2019, un
grupo de 130 bancos en el mundo suscribieron los Principios de Banca
Responsable, un acuerdo en el cual los signatarios, pertenecientes a la
comunidad de los mayores bancos del mundo, centrarán sus esfuerzos en las
finanzas sostenibles, trabajando y compartiendo, de manera colectiva, las mejores prácticas en ese sentido.
El citado documento pone en sintonía
a destacados actores económicos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el
Acuerdo Climático de París, para integrar real y responsablemente, algunas de
las estrategias de sostenibilidad dentro de los modelos de negocio de las
entidades bancarias firmantes.
Otro ejemplo del compromiso de la
banca con acciones de este tipo, también lo podemos ver en el anuncio realizado
por la Federación Latinoamericana de Bancos –Felaban-, sobre la organización
del Primer Congreso Latinoamericano de Banca Sostenible, a efectuarse a
mediados del 2022.
Con acciones de este tipo, se
demuestra que el sistema bancario sigue acoplándose a estrategias de
sostenibilidad de manera fuerte y decidida, en la búsqueda del necesario equilibrio
entre el medio ambiente y las finanzas. Y si: la banca sostenible es una
realidad!
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